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El método socrático en la Educación Ambiental para adultos

  • Rake
  • 24 jun 2020
  • 10 Min. de lectura

"Sólo sé, que no sé nada"

Sócrates

(Esta entrada se la dedico a Juana y a Lana,

que en nuestras converaciones ha surgido este tema)

La educación ambiental (EA) tiene como fin hacer al sujeto partícipe del ambiente en el que vive (es una educación ubicua en el espacio y tiempo). Siendo este sujeto consciente del impacto de sus actos en el medio físico y social, atendiendo a las complejas interacciones entre las comunidades y el ambiente en el que viven. Para que este sujeto pueda participar activamente y significativamente en el entorno, antes debe conocerlo, comprenderlo y aprehenderlo. Por ello, la importancia de que sea un sujeto activo: cuestionarse, experimentar emociones, invuirse de sus sentimientos, sacar sus propias conclusiones, ... No olvidemos que el ambiente es un gran educador y que nosotros tenemos la opción de ser sus aprendices.

En esta entrada me gustaría abordar algunos elementos de interés con respecto a la EA, como es la educación y aprendizaje en adultos, la necesidad de la EA para este público, y, más hondamente, hablaremos de la mayéutica o método socrático como una herramienta para la EA.

Antes de abordar el tema que quiero tratar hoy, simplemente quiero hacer 2 matices importantes:

  • No soy experta en filosofía, así que trataré el tema del método socrático desde lo más básico. Si queréis ahondar con mayor profundidad, sin ser específicamente enfocado a la

  • No soy especialista en educación para adultos o neurociencia.

Hechas estas aclaraciones, cualquier crítica a este artículo será bien recibida.

¿Por qué es importante la educación ambiental para adultos?

Ya es bien sabido que nos encontramos ante una situación con respecto al cambio climático de no retorno. Para poder desarrollar alternativas viables, asumibles y plausibles, debemos trabajar en un conjunto como sociedad. Así, en los objetivos de los ODS encontramos el nº 13, en la acción por el clima, que cuenta con una meta específica que dice así:

13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.

Entendemos así la transversalidad de la EA como un proceso que abarca a la ciudadanía en general y a otros actores sociales. De esta forma, comprendemos la importancia de una EA para todos, independientemente del periodo vital en el que se encuentren los individuos de una sociedad.

Para remarcar esta relevancia, volvamos, entonces, a la definición de EA expresada en el Congreso Internacional de Educación y Formación sobre Medio Ambiente. Moscú, (1987):

"La educación ambiental es un proceso permanente en el cual los individuos y las comunidades adquieren conciencia de su medio y aprenden los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación que les capacite para actuar, individual y colectivamente, en la resolución de los problemas ambientales presentes y futuros".

Esta definición hace especial énfasis en la permanente acción de la educación. Cogiendo este concepto, el Libro Blanco de la educación Ambiental en España (1999), integra también otros elementos que enriquecen esta idea, como:

"... promover una nueva relación de la sociedad humana con su entorno, a fin de procurar a las generaciones actuales y futuras un desarrollo personal y colectivo más justo, equitativo y sostenible, que pueda garantizar la conservación del soporte físico y biológico sobre el que se sustenta."

El énfasis en la necesidad de educarnos a lo largo de la vida con respecto al medio ambiente es esencial para poder afrontar las problemáticas pasadas, actuales y futuras. Estamos ante una situación en la que debemos implicarnos todos, evitando acomodarnos en posturas deterministas e inamovibles.

Por ello, Amador Muñoz y Esteban Ibáñez (2011) proponen una práctica de intervención denominada Intervención Educativa Socioambiental, procurando aunar las prácticas de la educación social y la educación ambiental. Así, una práctica interdisciplinar que busque dar respuesta a las necesidades sociales desde la sostenibilidad, en el amplio espectro de la educación a la ciudadanía general. Tal vez así, permeabilicemos la competencia ecosocial que desde el EA26 se busca incluir en la LOMLOE y que podremos alcanzar en las generaciones que actualmente vivimos y actuamos activamente en la sociedad, abriendo brecha para las generaciones que ya vienen y que están por venir.

Caride (2017) incide que esta práctica de educación social de cara a los derechos humanos y ambientales debe ser vista...

"... como una práctica que vaya más allá de las actuaciones concretas y puntuales, que dinamice la cooperación y el trabajo en red, los saberes compartidos en la interdisciplinariedad, poniendo en valor la importancia de la información y de la formación, con una visión alternativa de los modos de educar y educarse en sociedad, respetuosos con los derechos humanos y ecológicos."

La Educación social ha abordado esta educación ambiental para adultos de diferentes formas. Amador Muñoz, Esteban Ibáñez y Vargas Vergara (2014) expresan esta necesidad de una práctica ambiental experiencial y permanente en adultos y mayores. Exponen así, as u vez, la necesidad de incidir en estos colectivos:

"Los adultos y mayores actuales fueron socializados en un medio económico, político, social y cultural muy distinto al ahora dominante. Esto provoca ciertos desajustes socioculturales a la vez que se nos hace necesario introducir modificaciones en los sistemas de roles en determinados momentos que puede llevarnos a la supresión de roles anteriores."

Earthgonomic expresa así en un artículo de opinión la posible resistencia de las personas adultas a aprender y comprender la educación ambiental:

"Somos los adultos de hoy quienes tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro entorno y además de brindar educación ambiental a los más pequeño, pero ¿Cómo lo haremos si como adultos nos resistimos a ser educados?"

Procesos de enseñanza-aprendizaje en adultos:

podemos aprender de mayores y tenemos pruebas

La educación y el aprendizaje son procesos que están de forma constante en la vida de un ser humano. Comprendiendo esta máxima, surgen conceptos como la "Educación a lo largo de la vida" o la "Educación permanente". La XIX Conferencia General de la Unesco en Nairobi (1976) define "Educación permanente" como:

"... un proyecto global encaminado tanto a reestructurar el sistema educativo existente, como a desarrollar todas las posibilidades de formación fuera del sistema educativo; en ese proyecto, el ser humano es el agente de su propia educación, por medio de la interacción permanente de sus accione y su reflexión; esta modalidad de educación lejos de limitarse al perído de escolaridad, debe abarcar todas las dimensiones de la vida, todas las ramas del saber y todos los medios y contribuir a todas las formas de desarrollo de la personalidad; los procesos educativos que siguen a lo largo de la vida de los niños, los jóvenes y los adultos, cualquiera que sea su forma , deben considerarse como un todo".

Esta definición abre la posibilidad de entender la educación para adultos para algo más que un proceso formativo para desempeñar funciones laborales, si no que también es intrínseco al desarrollo personal y en sociedad. Esta, normalmente, parecía ser concebida diferente a la educación en pequeños y adolescentes. Pero nada más lejos de la realidad. La pedagogía (estudio de la educación, atribuida clásicamente a los niños) y la andragogía (estudio de los procesos educativos en adultos) se muestran más como un continuo que como momentos educativos diferenciados. Esto se entiende a partir de que el historial educativo de una persona no se "resetea" al cumplir una edad, si no que el conocimiento se construye desde las bases educativas de la infancia.

Para reafirmar esto, podemos basarnos en los acercamientos desde la neurociencia y sus aplicaciones en la educación. El aprendizaje de un individuo es un proceso en el que intervienen una infinidad de elementos. Es cierto, el cerebro tiene períodos sensibles de aprendizaje. Pero, el proceso de aprender surge siempre. Esto es gracias a que nuestro cerebro cuenta con una cualidad sorprendente, que es la plasticidad. La plasticidad aunque se reduce con el tiempo, no desaparece (como afirma Mariano Sigman). De hecho, esta plasticidad neuronal juega un papel muy importante en el aprendizaje adulto relacionado con los procesos de aprendizaje y memoria. A este respecto, podemos citar a Aguilar et al (2010) cuando indican dos aspectos esenciales con respecto a la neuroplasticidad y al aprendizaje:

"...el concepto de neuroplasticidad es la que sustenta la nueva visión de que el sistema nervioso se encuentra en constantes modificaciones dinámicas en sus propiedades, en respuesta a cambios en su ambiente. (...) De acuerdo con el concepto el sistema nervioso es un producto nunca terminado, es el resultado, siempre cambiante por la interacción de factores genéticos, epigenéticos y ambientales (...). Por otro lado, el aprendizaje y la memoria son estados funcionales para los que se requiere la participación de numerosas estructuras nerviosas y la correcta activación temporal entre ellas, y que no son procesos puntuales que ocurren en un sitio cerebral determinado. Por ello, el aprendizaje va a depender de muchos factores, como el estado motivacional y emocional del individuo que aprende, de su grado de atención, de sus conocimientos y habilidades previas, así como de sus receptores sensoriales y del estado de sus músculos, dependiendo del tipo de tarea que vaya a ejecutar."

Según Latif Wani (2015) el aprendizaje adulto incide en la memoria del miedo contextual y en la memoria de la navegación espacial. También indica que muchas nuevas conexiones se dan con conexiones precedentes. Con que este fenómeno se da en la vida adulta en diferentes áreas cerebrales, como, por ejemplo aquellas relacionadas con áreas visuales, cómo el córtex (Henrique de Gobbi Porto et al 2015) o el hipocampo (Suárez Pereira, 2015). No exento de debate, la neurogénesis o la sinaptogénesis (creación de nuevas neuronas y conexiones neuronales) en adultos tiene mucha controversia ( Lucassen, P.J. et al, 2020 ) ya que depende mucho del objeto de estudio, la planificación del estudio y de los diferentes métodos empleados.

Pero, anular en un proceso de enseñanza aprendizaje las particularidades evidentes de las personas adultas, es también llevar a los educadores al error. Collins (2004) redacta las características que pueden facilitar el acercamiento educativo con personas adultas en la educción a lo largo de la vida. Estas características coinciden en gran medida con el desarrollo de aprendizajes según la neurociencia en individuos adultos:

  • Son educandos con experiencias previas y conocimientos anteriores;

  • Son mucho más autónomos y pueden autodirigirse en el aprendizaje;

  • Pueden establecerse objetivos específicos a alcanzar;

  • Tienen motivaciones intrínsecas y extrínsecas para el aprendizaje;

  • Los procesos de aprendizaje sn más efectivos si son sujetos participativos;

  • No todos los adultos aprenden de la misma forma;

  • Son más eficaces cuando se le aporta el tiempo adecuado y en feedback necesario para la reafirmación de su conocimiento.

  • Los adultos aprenden mejor en contextos informales y de contacto personal, y en grupo.

Hemos ido desgranando tanto la necesidad de una EA adaptada a los adultos como necesidad, así como una adaptación adecuada de esta clase de metodología a las características de aprendizaje propias de este grupo de personas (evidentemente, atendiendo a su heterogeneidad).

Así, propongo el método socrático como un método asumible y viable para la EA en grupos de adultos.

Y, ¿por qué el método socrático?

El método socrático o mayéutica es una práctica desarrollada por Sócrates, cuyo fin es desarrollar la capacidad racional de sus interlocutores a través de un diálogo entre diferentes personas. Cabe decir, que Sócrates buscaba la verdad de las cosas para el cuidado del alma. Es decir, el disfrute de aprender para ser mejor uno mismo. Para lograr este fin, Sócrates apostó por un método basado en el cuestionamiento, en proponer problemas y dudas concretas a ser resueltas. Depende de quien analice la mayéutica, podemos encontrar diferentes fases. Las definiremos en 5 (según Delic, H. y Senad, B. 2016 ):

  1. Pregunta o cuestión: en este caso, sería el inicio del diálogo. Una pregunta adecuada a este respecto puede ser "¿Qué es la naturaleza?".

  2. Creación de hipótesis: este proceso es en el cual se pretende dar respuesta a la pregunta inicial a través de opiniones. Así, se establecen los marcos referenciales para la consecución de diálogo.

  3. Refutación y examinación de la respuesta: esta es la base del método. El cuerpo esencial. En este caso, se pretende rebatir y buscar los puntos "flacos" de la hipótesis inicial aportada por los interlocutores.

  4. Aceptación o renuncia a la hipótesis: los participantes del diálogo evalúan si la hipótesis es buena a través de la refutación anterior. Y así, establecen nuevas preguntas para poder concretar más.

  5. Acción: en este caso, se pretende generar un nuevo conocimiento a través del cuestionamiento de nuestras propias argumentaciones e hipótesis, para mejorar nuestros conocimientos previos a través del razonamiento.

Así, el empleo del método socrático invita a los interlocutores a una interacción grupal, en la que apelan a conocimientos previos para buscar feedback entre los participantes y así poder crear un ambiente distendido, más personal, con motivaciones intrínsecas y extrísecas para alcanzar un conocimiento conjunto elavorado, común y contrastado de la realidad.

Evidentemente, el método socrático original no es como el que podemos emplear hoy en día. Esto se debe a que Sócrates creía en la sapiencia del alma, y que él era el "partero" de las ideas (de ahí, también, el nompre de mayéutica). El método socrático más actualizado, incide en los conocimientos previos (estos no existen en el alma, pero ya han sido adquiridos por los participantes). Lo que busca este método "renovado" es el desarrollo conjunto de un crecimiento personal en base al razonamiento crítico de sus saberes y de su forma de conocer la realidad que nos rodea como individuos y sociedades humanas. Aplicado a la EA, esta realidad es el medio natural.

El propósito esencial de este método no es "ganar" o hacer sentir a otras personas "avergonzadas". El fin es poder establecer un debate que nos acerque más a la verdad de forma vivencial y que genere una atmósfera de complicidad e interacción positiva entre las personas participantes.

La importancia del educador ambiental

como generador de las circunstancias del diálogo

La figura de una persona que coordine el diálogo socrático es de gran importancia en cuanto a la resolución de las cuestiones iniciales. Este método, como se puede apreciar, puede ser empleado en prácticamente cualquier contexto educativo.

Desde mi punto de vista, creo que es un gran recurso en la materia de la educación ambiental, dado que cumple en gran parte con las necesidades del aprendizaje adulto a la par que puede resolver problemas dados sobre cuestiones ambientales concretas.

El Educador Ambiental, en este caso, ejerce la figura de coordinador y guía de la resolución de estas dudas. El debate preferiblemente debe ser siempre parte de los participantes. Pero el Educador Ambiental debe ser dinamizador del mismo, aportando ideas nuevas, refutando adecuadamente las argumentaciones y pudiendo incorporar nuevas dudas y cuestiones a reflexionar en el grupo de participantes.

Es importante, también, dentro de este diálogo, poder comprender la importancia de la observación directa del medio, ubicarnos adecuadamente en el espacio contextual del medio natural y aplicar razonamientos propios del método científico para sopesar la validación de nuestros conocimiento sobre el medio.

Por esta razón, el Educador Ambiental debe tener la sensibilidad de hacer a las personas partícipes del diálogo. Atendiendo a la necesaria no entrando de primeras en tecnicismos que les alejen de sus saberes previos y así poder incorporar paulativamente en un diálogo activo nuevos conocimientos significativos para una comprensión más amplia del medio ambiente.

 

La dialéctica es una de las prácticas más hermosas desarrolladas por el ser humano a lo largo de la historia. El debate y el diálogo en pequeños grupos puede generar un vínculo social muy fuerte, y que nos ayude a empatizar y nos suscite reflexiones sobre el mundo en el que vivimos. Movilizándonos, entonces, para la acción.

No tengo palabras para agradecer la labor del tábano de Atenas.

Graciñas por tanto Sócrates.

 

Espero que esta entrada sea de vuestro interés, y que tal vez podáis hacer uso de esta práctica tan interesante.

Todos mis respetos a los estudiantes de filosofía, biología y medicina aplicada a la neurociencia, psicólogos, pedagogos, educadores sociales, educadores ambientales y conocedores de los diferentes campos que he intentado abarcar en esta entrada. Espero no haber dicho ninguna burrada.

Sapere aude

"Atrévete a saber"

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