top of page

Aprendizaje social: un factor clave para la Educación Ambiental

  • Rake
  • 25 ago 2020
  • 8 Min. de lectura

Jean Giono habla sobre preparar pan:

" ... como si de una criatura con vida propia se tratara.

Necesita cuidados, y ellos se los proporcionan. No se educa sola.

Es como un niño que exige desvelos. Y al que se ama"

Jean Giono. Las riquezas verdaderas.

"La veneración del sabio es

un gran bien para quien lo venera".

Epicuro

Este artículo surge gracias a la lectura del libro "Conciencia ecológica y bienestar en la infancia" de Collado, S. y Corraliza, J.A. En este libro se explicaba que cabía la posibilidad de que los niños de un campamento pudieran tener comportamientos más proambientales gracias a las acciones ecologistas de sus monitores. A partir de ahí me surgió la pregunta "¿Cuál es el alcance de nuestras acciones diarias sobre el aprendiaje de los demás?" y , seguidamente "¿Cómo pueden integrarse acciones proambientales con este supuesto?". En esta entrada, espero poder aportar algo para responder a estas preguntas y motivar la reflexión.

 

El ser humano aprende en la complejidad de su existencia. La herencia y el ambiente condicionan en gran medida las posibilidades del crecimiento personal. Una de las funciones (esenciales) de los pedagogos es comprender como todos esos elementos convergen y aplican en el aprendizaje para vivir. En este post, nos centraremos en cómo el aprendizaje observacional afecta a las conductas (de pequeños y grandes). Nos integramos con el mundo que observamos, e, inconscientemente, asimilamos conductas que vemos repetidas en las sociedades con las que coexistimos en el espacio y tiempo.

 

Un aprendizaje silencioso:

Aprendo porque te veo, veo a la sociedad

En el proceso de adaptación al ambiente, el ser humano percibe el entorno. Lo analiza y evalúa sus posibilidades de acción. Para ello, debe hacer un examen detallado de la realidad en la que se encuentra. A través de los sentidos, percibe los elementos que le rodean y, a partir de ahí valora las posibilidades de acción y cuales son las conductas más adaptativas.

En este proceso, el individuo, consciente de que vive en sociedades y que necesita de la interacción humana para poder comprenderla y reproducirla, se fija especialmente en las actitudes de los demás. Esto es debido a que el ser humano es un animal, como diría Aristóteles, social. Y , ya no solo social, si no cultural. Una gran parte de su educación y construcción de su ser es en base a esta realidad transformada, siendo la cultura su "segunda naturaleza", ya que el mundo cultural es el mundo humano. La profesora Marta Ruiz Cordera (2000) afirma que la biología por sí sola no explica al ser humano.

Es por este hecho, que es importante atender al entorno como gran modulador de los estímulos que reciben los individuos, especialmente ese entorno social, anteriormente citado. Según la teoría ecológica de Bronfenbrenner, el ser humano se encuentra ubicuo en un ambiente y en diferentes grados de socialización, habiendo de una socialización micro (nivel interno y relaciones próximas) y macro (contexto histórico, internacional cultural).

En este caso, el aprendizaje en la sociedad se ve condicionado por muchos factores concéntricos. Por ello, como bien apunta F. Pérez (2004) el individuo atiende a los ambientes físicos y los sociales. Quien apunta que no es sólo cuestión de "ser" y de "sentirse" algo, si no que , también tiene que "parecerlo" de cara a los demás. Por ello, el entorno físco-social en el que se encuentra es la referencia de la noción de la propia realidad del sujeto, que de alguna forma la sociedad se refleja en él y él en la sociedad (veremos que esta metáfora tiene un especial sentido más adelante).

Podemos comprender, que este aprendizaje del entorno es contextual y que depende de lo que se encuentre en él, el sujeto que aprende unas u otras conductas. A este respecto, podría entrar la teoría del aprendizaje social u observacional de Albert Bandura. En esta teoría se aborda el aprendizaje a través de las percepciones sociales que tiene el individuo. De esta forma, aborda las conductas a desarrollar a través de la reproducción de modelos que ha percivido de forma vicaria (indirecta, observada). Del Rosario Nieto (2012) explica que esta clase de reproducciones son aprendidas por medio de la observación, análisis, resolución abstracta y reproducción esperando un feedback externo, para, posterormente, evaluar si los actos han sido favorebles para su interacción con el mundo. Los procesos se reducirían a 4 fases, como son: la atención; la retención; la reproducción y la motivación. Siendo 3 factores esenciales los que intervienen en este aprendizaje social, como son la conducta apreciada, los procesos internos del individuo y los factores ambientales. Estos aprendizajes se generalizarán y se aplicarán a situaciones distintas. Así, se busca resolución de problemas nuevos de forma creativa, gracias a las herramientas adquiridas por esta observación social. Del Rosario apunta que autores como Noboa y Serrano-García apuntan a 5 capacidades que se desarrollan gracias a este aprendizaje social, como son: la capacidad de simbolizar, la capacidad vicaria, la capacidad de planificar, la capacidad autorreguladora y la capacidad reflexiva.

Ojeda-Martínez et. al (2014) resalta que este aprendizaje social es también una forma de reproducción cultural, mas esta cultura no es sólo imitada, si no que es adaptada por los miembros de las sociedades, dado que el contexto cambia a su vez. Habiendo posibilidades, como veíamos con anterioridad, de resoluciones creativas. Por ello, también explicita diferentes formas de asimilar las acciones ajenas, como la imitación o la emulación. Pudiendo, así, transformar el ambiente en el que convive en sociedad, siendo un producto de la evolución y una causa importante para el devenir de las futuras acciones sociales.

 

Eres importante para mi, por eso eres mi referente de conducta:

el apego, la vinculación, las figuras de referencia y la responsabilidad

Como hemos visto en e punto anterior, el aprendizaje social es un factor clave para la adaptación de los individuos al entorno. A este respecto, siguiendo la teoría ecológica, el individuo tiene una gran susceptivilidad de aprender especialmente en el campo del "micro", de la interacción directa con otros individuos.

Por ello, me gustaría poder abordar la vinculación con los individuos cercanos, especialmente las figuras de referencia y el apego para con estas. Cristina Orbe (2015) habla sore cómo la teoría del apego puede ser vista desde la construcción de la mente-cerebro- educación de los niños. Es así que habla de los postulados de Browbly y otros autores, que apelan a que la creación de vínculos afectivos es una necesidad primaria del ser humano. Es la disposición de los seres humanos para lograr vínculos afectivos sólidos en el transcurso de la vida, siendo el punto de referencia las relacones primarias del entorno inmediato. Esta búsqueda la de aproximarse a otros identificando que esta vinculación satisface necesidades básicas de los individuos. Así, si esas necesidades están adecuadamente satisfechas, los individuos (especialmente importante en el caso de los niños) podrán desarrollar favorablemente sus potencialidades. Por ello, la construcción de la subjetividad de los individuos, y de su autopercepción, la forma de afrontar nuevas circunstancias e interactuar con personas fuera del círculo primario es gracias a la solided emocional de dicho vínculo.

Ante esta situación, es inevitable pensar en la importancia del aprendizaje social cuando estos vínculos afectivos se han generado. Una figura de apego es una referencia para un ser humano. Es con la que más contacto se tiene y de la que más e presta atención. Esta situación genera un debate ético sobre la responsabilidad moral, teniendo en cuenta el impacto de nuestras acciones de cara a los demás. Sobre los valores y creencias que transmitimos y los aspectos culturales que estamos fomentando a reproducir.

 

Neuronas espejo:

nos reflejamos mutuamente

Todo lo dicho anteriormente en esta entrada tiene un soporte neurocientífico. Teniendo en cuenta el apego, Orbe (2015) cita diferentes áreas del cerebro implicadas en esta construcción del apego, como son varias estructuras corticales y subcorticales (córtex orbitomedial, prefrontal para la regulación de emociones) y sistemas neurológicos complejos. Estos sistemas más complejos son, por ejemplo, el sistema límbico, relacionado con las respuestas emocionales, aprendizajes y memoria; y el sistema de neuronas espejo que están involucradas en la observación de las acciones realizadas por otras personas.

Estas neuronas, que son ubicadas en el área del lóbulo parietal inferior. Del Rosario (2012) apunta a que estas neuronas están en relación con propiedades visuales y motoras. Así, serían bimodales y responden a movimientos de otros y predisponen la posibilidad de la realización de movimientos del propio individuo.

Este sistema de neuronas espejo, según Del Rosario (2012), es especialmente útil para los seres humanos, ya que las personas no requieren experimentar directamente e el ambiente las acciones, sino que las acciones percividas pueden ser elaboradas mentalmente. Esta elaboración se basa en la memoria y también en la resolución creativa, habiendo una predisposición al aprendizaje vicario.

Este sistema de neuronas espejo refuerza, en parte, la teoría del aprendizaje socal que vimos anteriormente con autores como Bandura. Mas, estas apreciaciones deben seguir investigándose para reforzar y verificar si esto es fidedigno o no.

 

Reproducir otros valores culturales:

reverdecer nuestras actividades diarias

Los valores morales en el ser humano van modificándose con el paso del tiempo y la evolución de las culturas. Como ya hemos señalado con anterioridad, el aprendizaje social no es simple imitación, ya que cada individuo filtra a través de sus procesos internos las conductas observadas. Pero, como apunta Blázquez Arroyo y Peláez Pezzi (2013) la moral de una sociedad cultura se aprende en la infancia y juventud, que impregnan neurofisiológicamente áreas del cerebro relacionadas con la socialización (como el surco temporal superior). Y este genera una memoria difícil de modificar, que genera brachas generacionales.

Esta información puede ser de gran utilidad para comprender la importancia de una educación ambiental que sea adaptada para todos los perfiles educativos posibles (aquí una entrada que hablo específicamente de esta necesidad). Atendiendo a las necesidades específicas de cada colectvo. Es necesario, entonces, una actuación transversal e integrada, que asuma que las diferentes generaciones tienen diferentes características y comprensiones de la realidad, precisamente por que se han educado en contextos muy diversos. Y, comprendiendo, que siendo los adultos los ajentes sociales más activos, debemos ser especialmente educados para comprender mejor la necesidad de una cultura más verde, y , así, reproducir acciones que eduquen a los demás favorablemente (aquí también una entrada hablando de la educación ambiental en adultos).

 

Conclusiones

Es sorprendente como corrientes pedagógicas más clásicas, como la Waldorf, asumen que el maestro acompañante tiene un gran peso, y debe tener una implicacion personal en su yo profesional. Siendo, así, una figura de referencia en la que los pequeños pueden reflejarse para inspirarse.

Como hemos visto a lo largo de este artículo, el ambiente social condiciona en gran medida nuestro aprendizaje. Por ello, es imperativo reflexionar sobre qué clase de valores reproducimos a través de nuestras acciones. En este caso, enfocados a la reproducción de acciones proambientales, para poder "movernos" a cosmovisiones menos antropocentristas (poniendo al ser humano en el centro del planeta) a más ecocentristas, situando al medio ambiente de complejas interacciones entre seres vivos y el entorno como el punto de referencia para el buen convivir.

Es así, que el paso, como apelaría la filosofía de Unamuno, viene primero por la reflexión profunda de nuestro ser y estar. No tener miedo a cambiar, a experimentar y a ver y aprender de los demás. Tal vez, mirando a nosotros mismos primero, siendo conscientes de nuestra capacidad de acción de cara a los demás (teoría del aprendizaje social) en los ambientes sociales primarios (teoría ecológica de Bronfrembrenner) y con las personas que estamos más vinculadas (Teoría del apego).

Poder inspirar a los seres humanos que nos rodean a compartir acciones por un mundo más saludable, habitable y satisfactorio para todos.

 

Muchísimas gracias por leer esta entrada.

Si tenéis alguna duda o puedo ayudaros de alguna forma, ¡podéis contactar conmigo!

¡Nos vemos!

 

Bibliografía

  • Blázquez Arroyo, J.L y Peláe Pezzi, M. B. (2013). Neurobiología de la conducta moral humana. Revista médica de la universidad de Costa Rica. Volumen 7. Nº 1, Artículo 1, Abril- Septiembre 2013

  • Del Rosario, J.F. (2012). Bases neurofisiológicas del aprendizaje cognitivo social. El sistema de neuronas espejo. Revista STUDIUM VERITATIS, Año 10, N. 16, 2012 (pp.343-372)

  • Orbe, C. (2015). La teoría del apego desde la visión de mente-cerebro-educación. Revista PUCE.ISSN 1390-7719.Núm.100.3 de mayo de 2015 - 3 de noviembre de 2015. Cristina Orbe. PP. 237-258

  • Pérez, F. (2004). El medio social cmo estructura psicológica. Reflexiones a partir del Modelo Ecológico de Bromfenbrenner. Revista de Psicología y Psicopedagogía. eduPsykhé, 2004, Vol. 3, No. 2, 161-177. Universidad Cailo José Cela.

  • Bandura, A. y Walters, R.H. (1974). Aprendizaje Social y desarrollo de la personalidad. Alianza Editorial.

  • Ojeda-Martínez, R. I.; Bercelli Tello, M.N. y Vargas, L.A. (2014). La importancia del aprendizaje social y su papel en la evolución de la cultura. REVISTA ARGENTINA DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA Volumen 20, Número 2. Julio-Diciembre 2018.

Commentaires


Suscríbete para obtener actualizaciones

¡Felicitaciones! Estás suscrito

  • Black Instagram Icon
bottom of page